Como ya hemos comentado en otros artículos, las habilidades
para afrontar con éxito de forma sana las relaciones con los demás se desarrollan progresivamente a lo largo
de la infancia y la adolescencia.
En este periodo se producen las
capacidades y habilidades necesarias para que se establezcan las bases de las
futuras relaciones de adultos, ya sean de amistad, de pareja, laborales, etc.
Por todo ello, padres y educadores debemos prestar especial
atención al desarrollo de las mismas siguiendo estos pasos:
1.- Cuida su autoestima.
Ayúdales a formar una imagen positiva de sí mismos. Tendrán la fuerza para
desenvolverse socialmente y no culparse de aquellas situaciones que no son
positivas para ellos. Para ello critica la acción y no a la persona; proponles
metas pero que sean adecuadas; utiliza los elogios pero que sean realistas.
2.- Transmite valores
a los niños y niñas. Deben aprender a valorarse a sí mismos y a los demás.
Enséñales a respetar, tolerar y escuchar. No pretendas que la escuela les transmita valores, porque no es ese su cometido.
3.- Sirve de ejemplo
para ellos. En tus relaciones con ellos y con los demás, actúa de forma
coherente y transmitiendo lo que quieres que hagan ellos, puesto que como vulgarmente se dice son esponjas que todo lo absorben.
4.- Habla con ellos y
trabaja las creencias e ideas que tienen. Ante determinadas situaciones
sociales que te ocurran a ti y/o a ellos explícales la situación, ayúdales a
entender. Si por ejemplo alguien nos contesta mal, debemos explicar a los niños
y niñas que esa contestación probablemente no tenga que ver con nosotros, simplemente
las personas tienen sus vidas y probablemente estén enfadados por algo. No
debemos por tanto tomarlo como algo personal, pero tampoco debemos dejar que
nos hablen mal. Enséñales entonces con tu ejemplo a responder a estas
situaciones de forma asertiva.
5.- Fomenta la capacidad
de escuchar y entender a los demás. Para ello escúchales tú a ellos y
enséñales a escuchar a los demás. Que entiendan que podemos aprender muchas
cosas si escuchamos lo que los demás nos dicen.
6.- Emplea los refuerzos.
Refuerza socialmente aquellas conductas adecuadas, como escuchar al otro o
responder con educación, en esos casos interactuamos socialmente con los
pequeños y refuerza negativamente las conductas inadecuadas, los gritos, la
falta de escucha, etc. no interactúes con ellos en estos casos.
7.- Procura dotar a los
niños y niñas de un ambiente rico en relaciones. Es importante que los
pequeños tengan diferentes experiencias sociales, para que experimenten,
aprendan y pierdan el miedo a determinadas situaciones.
8.- Anima a los pequeños a
participar en diferentes grupos o hacer actividades con otras personas, sin
que sea necesaria tu presencia. Es importante que los niños y niñas aprendan a
desenvolverse solos, sin la protección de las figuras de los adultos. Por ello fomenta que acudan a actividades extraescolares, ya sea en sus propios centros educativos o en otras instituciones públicas o privadas.
9.- Cuando los pequeños
pasen por alguna situación social de rechazo o negativa de alguna manera, debes
dejar que pasen por ellas, pero explícales la situación, acompaña a tu hijo/a por este proceso sin pretender sobreprotegerlos, más bien ayudándoles a afrontar los problemas.
Por Fco Javier
Camacho Ramos, psicopedagogo para la
Escuela de Padres del Ayuntamiento de Barbate.
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