lunes, 6 de noviembre de 2017

APRENDER A RESOLVER CONFLICTOS FAMILIARES


1.- LA IMPORTANCIA DE LA ARMONÍA EN EL HOGAR:


No hay un padre que no sienta la necesidad de gritar a sus hijos cuando desobedecen, aún sabiendo que se sentirá culpable.

Se sabe que la comunicación agresiva no facilita la convivencia, es decir, si un padre o una madre grita ante una situación que no le agrada de su hijo, el ambiente familiar no será armonioso y se estará trasmitiendo el mensaje de que es algo normal comunicarse gritando y alterándose.

Por ello, si quieres llamar la atención de tus hijos y disciplinarlos, habla de forma clara, razonada, sosegada y firme. Recuerda que convivir con alguien (hijos, parejas,…) significa respetar sus derechos: no culparlos, herirlos, quejarse, oprimirlos,…

La mejor opción es fomentar en ellos el DIÁLOGO, la responsabilidad, la autoestima y la confianza en sí mismos. CONVIVENCIA  implica trabajar en EQUIPO de acuerdo a unas reglas.

2.- UNA CONVIVENCIA DIFÍCIL:

Cada familia establece de forma consciente o inconsciente una serie de normas y pautas de comportamiento que hacen funcionar las relaciones interpersonales en su seno. El conflicto aparece cuando los hijos se rebelan contra esas normas:

a) Bien porque les parecen injustas.

b) Bien porque los padres no han sabido inculcarlas adecuadamente.

Esta situación provoca sufrimiento en ambas partes que se traducen en problemas de convivencia. La solución más adecuada es el aprendizaje de un lenguaje emocional correcto.

3.- EDUCAR EN LA CONVIVENCIA:

Los hijos suelen tomar las críticas (mal formuladas) de los padres como algo personal. Por tanto, pueden ponerse a la defensiva, y se vuelven respondones, hostiles, resentidos, desobedientes,…

IMPORTANTE: las críticas pueden sustituirse con técnicas de aprendizaje positivo. Algunas frases para evitar críticas a los hijos:

-     ¿Por qué no puedes ser como tu hermano mayor? Esto es ignorar que cada ser humano es irrepetible. Esta crítica también puede crear resentimiento hacia ese hermano.

Por tanto, mejor expresar confianza en el hijo sobre su propia capacidad de mejorar: Estoy seguro de que, si te lo propones, conseguirás hacerlo.

-       ¡No voy a decirte lo que tienes que hacer! Si el hijo incumple reiteradamente una norma, la crítica debe ir acompañada de sugerencias.

La frase equivale a excluirse del problema. Mucho mejor: dialogar con él: ¿Cómo crees que podemos      solucionar esta situación?”  “¿Puedo ayudarte en algo?”.

-     Lo peor: rematar una crítica con una frase como “lo digo por tu bien”, puede ser demoledor para el hijo. Mejor: ¿A ti te gusta así? Yo me inclinaría a hacerlo de esta otra manera…”

4.- SOLUCIONES FRENTE A LA AUTORIDAD:

Si el hijo comete involuntariamente alguna torpeza (rompe un plato,…), no conviene reaccionar con preguntas críticas como ¿por qué nunca miras lo que haces? Mejor: orientar la emoción negativa hacia la solución del problema, no al desatino del hijo: Hay que recoger los residuos. Aquí tienes una escoba.

            Una REACCIÓN CALMADA es más EFECTIVA que apuntar los defectos del hijo.

Con frases autoritarias, se presiona al hijo. Hay que evitar expresiones agresivas o amenazantes de tipo: Que sea la última vez que lo haces. Mejor: Estaré orgulloso si haces tu cama. Porque se le alienta a que haga las tareas que le corresponden y se sienta responsable.

La EXAGERACIÓN EN LA CRÍTICA hace que ésta pierda efectividad. Te he dicho mil veces que… El niño, ante exageraciones exageradas e irrazonables, concluye que no podrá confiar en ellos.  Mejor: ¿Recuerdas lo que te dije sobre…?

5.- EDUCANDO PARA LA FELICIDAD:

Los padres deben plantear demandas razonables a sus hijos y las hacen cumplir estableciendo límites y enfatizando en la obediencia, pero, al mismo tiempo, las expresan con  afectividad y cariño, escuchan el punto de vista del niño y fomentan la participación en la toma de decisiones de la familia.

            Este enfoque educacional permite el desarrollo de una CONVIVENCIA FAMILIAR ARMÓNICA. En este contexto el estado de ánimo es positivo e, inspira en los hijos la autoconfianza y las habilidades emocionales y sociales. IMPORTANTE: la influencia de los padres en la educación es tan determinante para el futuro de los hijos que:

 “Si hay algo que deseamos cambiar en un niño, primero tenemos que examinar bien y ver si no es algo que deberíamos cambiar nosotros mismos”. (Carl Jung, médico psiquiatra, psicólogo y ensayista)

6.- FACTORES QUE DETERIORAN LA CONVIVENCIA:

a)   La estructura jerárquica no está bien definida. Los padres son padres y no amigos.

b)   Manipulación de los hijos para resolver peleas conyugales.

-     Los niños quieren a ambos progenitores y dependen emocionalmente de ellos para completar su proceso de identificación.

-     La pareja ha de mantener sus diferencias exclusivamente en su ámbito.

 c) Falta de apoyo emocional.

-     Los padres no expresan suficiente afectividad entre ellos ni con los hijos.

-     Acariciar o abrazar impulsa a éstos a repetir este tipo de conductas.
d) Expectativas irrealistas.
-     Presionar a los hijos con escasas aptitudes académicas para que hagan una carrera universitaria con contra de su voluntad.
-     Proyectar sobre ellos sus frustradas ambiciones sociales. Son mensajes paternos inadecuados.
e) Los padres no respetan su propio espacio como pareja.
         -      Permiten que éste sea invadido por los hijos.

         -      Los padres invaden la intimidad de los adolescentes, lo que provoca irritación.

7.- BIBLIOGRAFÍA:
1.    Resolución de conflictos y aprendizaje emocional. Genoveva Sastre Vilarrasa y Monserrat Moreno Marimón. Editorial Gedisa.
2.    Educar Nos: nuevas propuestas para la educación y la convivencia. Mónica Shocron y Laura Waisman. Editorial Lugar.


Por Antonio Fernández Ligero, psicólogo para la Escuela de Padres del Ayuntamiento de Barbate.



Estrategias motivantes para los hijos/as.

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